¿Nos interesa donar patrimonio a nuestros hijos?

“Cuando queremos traspasar nuestro patrimonio a la siguiente generación, el testamento solo no vale. Si quieres hacerlo bien, es necesario llevar a cabo previamente un buen ejercicio de planificación patrimonial y sucesoria”. Así arrancó Belén Alarcón, socia directora de asesoramiento patrimonial de Abante la conferencia que organizamos en Abante hace unos días para explicar todos los aspectos que es necesario tener en cuenta cuando nos planteamos si para ayudar a nuestros hijos o por cuestiones fiscales nos interesa hacer una donación.

“Somos consciente de que hay objetivos de corto plazo que vienen influidos por hechos que acontecen en el presente. Además, nuestro cerebro está preparado para preocuparse por el corto plazo y ser perezoso respecto al futuro”, comentó Alarcón.

Sin embargo, cuando nos planteamos hacer una donación, que es un adelanto de la herencia, no nos podemos fijar solo en los efectos del corto plazo, como los impuestos, se trata de una cuestión no solo económica, sino también personal, familiar y patrimonial. De hecho, tal y como señaló Alarcón, “las familias no se pelean por pagar más o menos impuestos, cuando se pelean por un testamento tiene más que ver por no haber pensado antes bien este ejercicio”.

En los últimos meses hemos leído diversas noticias relativas a cuestiones impositivas, desde el incremento del IRPF a eliminar las bonificaciones autonómicas sobre el actual impuesto de patrimonio y el de sucesiones y donaciones. En este contexto, muchas personas se preguntan: ¿Me interesa hacer una donación a mis hijos?

“Lo primero es contextualizar bien la decisión y el coste económico que tendría”, indicó Alarcón, que explicó con ejemplos prácticos el impacto que tendría la subida impositiva en diferentes casos. Por eso, “lo importante es hacer una buena planificación, asegurarnos de que la decisión es la adecuada y, una vez que eso está claro, ver cuál es la mejor fórmula de llevarlo a cabo desde el punto de vista fiscal”.

Alarcón también explicó cómo funcionan las donaciones -que, como en el caso de las sucesiones tienen determinadas limitaciones respecto al reparto que se puede hacer del patrimonio– en diferentes escenarios familiares. Y destacó la importancia de conocer bien la estructura de nuestro patrimonio, así como tener claro nuestros objetivos y necesidades futuras, para evitar donar hoy algo que vamos a necesitar en el futuro o para elegir bien qué activos se traspasan a la siguiente generación.

Además, para evitar que las emociones nos lleven a tomar decisiones equivocadas, Alarcón señaló que es imprescindible partir para este ejercicio de planificación patrimonial y sucesoria hacerse una serie de preguntas, como, por ejemplo: ¿qué quiero para mí? ¿Qué quiero para mis hijos? ¿Cómo puedo evitarles conflictos? ¿Qué pasará con mi empresa o con este inmueble? ¿Si no tenemos capacidad para tomar decisiones, quién se encargará? ¿Cómo puedo evitar que mis hijos hagan un uso ineficiente del patrimonio?

Para terminar, Alarcón profundizó en los tres tipos de estrategias que suelen seguirse cuando se hacen donaciones, analizando las ventajas e inconvenientes de cada una.