¿Qué son los mercados emergentes?

Las economías consideradas emergentes son aquellas que se encuentran en fase de desarrollo y crecimiento. Son países que, aun teniendo industria, alta demografía y potencial de consumo, cuentan con algunos factores relativos a la política y a la situación social que hacen que tengan más inestabilidad. Pero ¿de dónde viene el término?

En la década de 1980, se inició un análisis sobre el mercado de diez países (Argentina, Brasil, Chile, Grecia, India, Jordania, Corea del Sur, México, Tailandia y Zimbawe) por parte de la Cooperación Internacional de Finanzas (IFC). Sorprendidos por sus resultados, IFC propuso incrementar la inversión en estos países mediante la creación del ‘Third World Equity Fund’ (‘Fondo del tercer mundo’).

El nombre no logró convencer a la cooperación porque su significado se consideraba poco atractivo para los inversores, ya que sugería pobreza. Y fue Antoine Van Agtmael, execonomista del IFC, quien dio con el nombre indicado para estos mercados: emergentes. Una nueva forma de denominarles que, según Van Agtmael, sugería progreso y dinamismo.

A partir de ese momento crearon un canal efectivo para atraer inversión extranjera a los mercados de esos países emergentes. La principal vía que consideraron eran los fondos de inversión porque permitían diversificar.

En 1984 se aprobó el primer fondo, el fondo de Corea del Sur, y tras su buen desarrollo y aceptación, se lanzaron más de 150 fondos de otros países emergentes en los siguientes años.

¿Qué características tienen los mercados emergentes?

El término agrupó a distintos países que tenían características comunes, aunque todas ellas partían de una premisa clave: un rápido crecimiento económico. Aun así, se elaboró una lista de condiciones que cumplían todos los emergentes.

Por su rápido crecimiento económico y por su expansión, nos encontramos con países con tasas de PIB mayores a los países desarrollados. Además, representan una parte importante de la población mundial, es decir, disponen de un mercado con consumo amplio. Y, de forma general, tienen un gran potencial de crecimiento basado en su progresiva industrialización y elevado crecimiento urbano.

En cambio, son zonas que representan un riesgo considerable para los inversores debido a la inestabilidad política, financiera y social. Su moneda es volátil, lo que genera problemas de liquidez, y no cuentan con una clase social media consolidada. Por todo ello, representan, además de un riesgo, una mayor rentabilidad esperada.

Hay varios países que podrían llegar a ser considerados emergentes, pero según el índice de emergentes del MSCI son los siguientes: Brasil, Chile, China, Colombia, República Checa, Egipto, Grecia, Hungría, India, Indonesia, Corea, Kuwait, Malasia, México, Perú, Filipinas, Polonia, Qatar, Arabia Saudita, Sudáfrica, Taiwán, Tailandia, Turquía y Emiratos Árabes Unidos.

En los últimos años, el comportamiento de los mercados emergentes ha sido dispar dependiendo del país. China, Taiwán e India han experimentado un crecimiento mayor y tienen un peso más relevante dentro del índice. En concreto, según datos del MSCI, los países que tienen mayor peso en el índice de emergentes son: China, que actualmente supone el 32,11%, Taiwán, el 15,26%, India, el 13,23%, Corea del Sur, el 11,74% y Brasil, el 5,05%.

A nivel sectorial, destacan en el índice el sector financiero, con un 21,65% de representación; información y tecnología, con un 20,23% y consumo discrecional, con un 13,61%.