Empresa familiar: cómo afrontar los retos para garantizar su futuro

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27/10/2021

El pasado martes se clausuraba en Pamplona el XXIV Congreso Nacional de la Empresa Familiar con muchos mensajes, distintas voces tanto del ámbito privado, como del público y del institucional y con una aspiración común: que las empresas familiares sigan creciendo y siendo una parte esencial de la economía española.

En la actualidad, casi el 90% de las empresas que hay en nuestro país son familiares. Según datos del Instituto de la Empresa Familiar, actualmente generan el 67% del empleo privado, con más de 6,58 millones de puestos de trabajo y son responsables, además, del 57,1% del PIB del sector privado. Y estos datos van más allá de nuestras fronteras.

En la Unión Europea hay cerca de 14 millones de empresas familiares que generan más de 60 millones de empleos en el sector privado; en Estados Unidos, el 80% del tejido empresarial está compuesto por empresas familiares que son responsables del 50% del empleo privado. Unas cifras que ponen de manifiesto la relevancia de las empresas familiares no solo para el crecimiento de las economías, sino también a nivel social y, muy especialmente, a nivel familiar y personal porque detrás de cada empresa familiar hay una familia con sus propias preocupaciones y objetivos.

Como recuerda Belén Alarcón, socia y directora de Asesoramiento patrimonial de Abante, en las empresas familiares conviven sistemas antagónicos con diferentes intereses que deben entenderse y comunicarse para garantizar la viabilidad y el futuro de la compañía. Hablamos de empresa, propiedad y familia.

“Nosotros trabajamos con estos tres mundos. Es muy importante ver más allá de nuestro yo individual y ser consciente también de la parte empresarial y familiar”, explica Alarcón, al tiempo que hace hincapié en que en las empresas familiares entran muchos puntos de vista diferentes: “Cada uno ve su propio futuro y hay diferencias. Desde el familiar que trabaja en la empresa y cree que no hay que repartir dividendos porque considera que ese dinero hay que invertirlo, hasta el familiar que no trabaja en la empresa y está esperando a recibir ese dividendo”.

¿Y cómo logramos un punto común y tomar buenas decisiones para todas las partes? Con un plan estratégico global tanto para que la empresa se rentable como para que se puedan atender los distintos intereses que aplican a todas las personas que forman parte de la empresa familiar. Y, para que este plan tenga éxito, es vital que se comparta una visión, que todos los miembros de la familia aprendan a comunicarse y que haya formación para que todos se impliquen y formen parte del proceso. En este punto, también resulta fundamental regular unos acuerdos de mínimos que sean lo suficientemente flexibles para adaptarse a las cuestiones que a día de hoy no somos capaces de prever o que no están en un futuro inmediato, pero que pueden surgir.

Retos y oportunidades para el futuro en la empresa familiar

Desde el relevo generacional, hasta la digitalización, el reparto de dividendos, la innovación o la internacionalización de la compañía. Los retos a los que se enfrentan las empresas familiares son múltiples y, además, son cambiantes, especialmente tras el parón económico y las restricciones que vivimos como consecuencia de la pandemia.

En estos últimos meses hemos visto cómo se adaptaban a las normas sanitarias y a los entornos con restricciones de movilidad, a la desconfianza, a la paralización de las cadenas de suministros y, ahora, a un incremento del consumo, un alza en los precios y una vuelta a esos cuellos de botella. En este escenario, ¿qué previsiones tienen las empresas familiares?

De la encuesta realizada durante el Congreso de Empresa Familiar se desprende que el 58% de las empresas familiares considera que la inflación y la falta de suministros son el principal riesgo económico, mientras que un 20% cree que es la falta de reformas, un 17%, la deuda pública y un 3% y un 2%, la de falta de financiación y la deuda privada, respectivamente. Si nos fijamos en lo que esperan para 2022, un 63% cree que tendrá un aumento de la cifra de ventas y un 58% espera mantener los niveles de empleo que tiene actualmente en España.

A la pregunta de si estas previsiones se cumplen, cómo utilizarían la mayor parte de los beneficios, el 74% ha declarado que quiere reinvertirlo en la empresa. Y, entre las acciones a llevar a cabo en este entorno, un 28% considera que es el mejor momento para abordar compras, un 27%, para crecer orgánicamente y un 25%, para reforzar el control de la empresa.

Para abordar todos estos planes y hacer frente a los retos, es fundamental no perder nunca de vista la historia familiar de la compañía, que es donde están los valores y la cultura de la empresa y contar con un asesoramiento externo y especializado que esté siempre muy cerca de las familias para poder acompañarlas durante todas las fases del proceso.

“En Abante intentamos comprender cuáles son los elementos que conforman este patrimonio familiar, qué papel juegan y qué limitaciones pueden incorporar después a las decisiones que se tengan que ir tomando en una estrategia de crecimiento o diversificación”, señala Pablo Márquez de Prado, socio y director de Asesoramiento corporativo, que destaca que el éxito reside en entender siempre las necesidades empresariales y personales y en trazar un plan global y a la medida.