Carta del Gestor · José Ramón Iturriaga | Abril 2014

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08/05/2014

José Ramón Iturriaga, gestor de Okavango Delta, Kalahari y Spanish Opportunities

 

Abril se ha saldado con índices de las principales bolsas planos o ligeramente en positivo pero por el camino ha habido mucho tomate. Correcciones fuertes en la primera parte del mes para luego recuperar con creces las caídas en la segunda parte. Lo que más ha caído ha sido lo que mejor lo había hecho hasta ahora y se ha producido cierta rotación sectorial de sectores de carácter más cíclico hacia sectores más defensivos. En mi opinión no se trata de nada que cambie la película de fondo. Las caídas han sido bastante significativas en algunos casos como en las teles, bancos domésticos o algunas compañías más pequeñas como Gamesa o Catalana Occidente. En todos estos casos el patrón de comportamiento es muy parecido: compañías que lo habían hecho muy bien en bolsa en los últimos meses y que han corregido fuerte sin que haya habido ninguna noticia relevante o cambio en los fundamentales de las mismas, todo lo contrario.  Por lo tanto parece que nos encontramos en una toma de beneficios en toda regla dentro del bull market en el que llevamos algún tiempo lo que por definición es una oportunidad de compra.

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Por el lado macro, lo que desde luego más ha sorprendido ha sido los mucho mejores datos que se han conocido sobre la recuperación de la economía española que ya apunta a crecimientos este año superiores a los de la media de la zona euro.  Los ingresos fiscales en el mes de abril han subido más de un 6% sin que haya habido subida de impuestos comparativa este año que lo pudiera justificar. Esto compara por ejemplo con la subida del 7% que ha registrado Alemania que ciertamente también podría ser otra de las sorpresas positivas de este año –recuerden, las sorpresas también pueden ser positivas…-. El arranque del año en lo que a nuevo crédito se refiere es espectacular. Y en este punto hay que recordar que lo que mueve el PIB es el crédito nuevo –el flujo- y no el stock que sigue bajando por la amortización de préstamos antiguos.  La economía española en abril también creó 134.000 puestos de trabajo frente, por ejemplo, a los 288.000 que creó Estados Unidos –siendo España diez veces más pequeño que el país norteamericano-, confirmando la inflexión que se ha producido en el mercado de trabajo con lo que esto supone para el consumo que sigue siendo dos terceras partes del PIB español. Sin ir más lejos, las ventas de coches han subido un 29% en abril aunque todavía están muy lejos de su media histórica. Estos incrementos porcentuales tan altos se deben a que las recuperaciones sobre bases tan bajas como consecuencia de casi ocho años de recesión son muy grandes y lo que es más importante, sostenibles en el tiempo a medida que se avanza en la normalización de la actividad. Consumo eléctrico, tráfico en autopistas, ocupación hotelera, registro de nuevas empresas, -economía real que no financiera, por cierto- todo recuperando. Ya no se discute si la economía crece o no –o por lo menos nadie sensato está en ese punto-, sino cómo de rápido. Y visto lo visto, parece que las revisiones al alza que estamos viendo todos los días no han hecho sino empezar y que la economía española este año podría terminar creciendo un 1,5%.

En lo que respecta a los resultados empresariales, la lectura de los del primer trimestre del año es en líneas generales bastante positiva. Mejoras claras de visibilidad por el lado de los ingresos, recuperación de márgenes y consecuentemente subidas de beneficios fuertes. Los resultados empiezan a reflejar el “milagro” del apalancamiento operativo que hasta hace poco sólo podíamos intuir. A medida que continúe recuperando la línea de arriba de la mano de la recuperación macro, los resultados van a continuar subiendo. Todo lo anterior en un entorno donde las valoraciones de la bolsa son atractivas sobretodo en aquellos valores más pequeños o medianos, donde el dinero todavía no ha llegado.

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Así las cosas, la actividad corporativa ha resurgido con fuerza. El caldo de cultivo es el ideal para que las operaciones de fusiones y adquisiciones vayan a más. Si a las atractivas valoraciones sumamos la progresiva normalización del mercado de capitales, la reapertura del grifo del crédito y la situación de balance de muchas compañías podemos anticipar que el baile corporativo acaba de empezar. Las primeras operaciones son las que se habían quedado colgadas de la brocha cuando el euro se cayó sobre nuestras cabezas y ahora que el baile ha empezado no sabemos cómo puede acabar. En el caso español además, las ventas forzadas por parte de las antiguas cajas de ahorro de participaciones significativas que hasta ahora impedían este tipo de operaciones hace o puede hacer que el baile sea más movidito.

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José Ramón Iturriaga, gestor de Okavango Delta, Kalahari y Spanish Opportunities [+ info]

 

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