¡Difiere impuestos y vencerás!

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01/03/2012

A la hora de realizar cualquier inversión financiera, una de las primeras preguntas que nos hacemos es:¿Cuál es el vehiculo idóneo para acudir al mercado financiero?

Si analizáramos los distintos productos financieros que tenemos a nuestro alcance, no pasarían desapercibidas las ventajas de invertir a través de fondos de inversión. A la gestión profesionalizada, seguridad jurídica, diversificación y posibilidad de realizar un traspaso a otro fondo de inversión sin repercusión fiscal, hay que añadirle el hecho de que al no generar rentas (la mayoría de los fondos de inversión no distribuyen dividendos), la última reforma fiscal les ha dejado en una mejor posición.

La subida temporal de impuestos durante 2012 y 2013, hace que este tipo de productos sea fiscalmente más atractivo que, por ejemplo, los depósitos, las acciones o los bonos, ya que en estos casos, al generar respectivamente intereses, dividendos o cupones, no se puede diferir el pago de impuestos al momento de la venta.

Veamos un ejemplo práctico que nos ayude a valorar el efecto de la reforma fiscal:

 Fondo vs Depósito impuestos

Imaginemos un inversor que posee 1.000.000 de euros y que está dudando entre meterlo en un fondo de inversión o en un depósito. Supongamos que el inversor no va a necesitar el dinero hasta dentro de 5 años y que en ambos casos, la rentabilidad asciende al 4%. Si además tenemos en cuenta los mayores impuestos que deberá de pagar en 2012 y 2013, nos damos cuenta de que el Fondo de Inversión es más atractivo:

Tal y como se puede ver en los gráficos adjuntos, el hecho de que el fondo de inversión no reparta un dividendo y se difiera el pago de impuestos al momento de la venta (dentro de 5 años), hace que el fondo de inversión tenga una rentabilidad financiero fiscal mayor.

El ejemplo anterior sería igualmente aplicable si comparamos la inversión a través de un fondo de renta variable versus la inversión directa en acciones. En este caso, al ser mayor la rentabilidad, las diferencias también lo serían.

Adicionalmente, la inversión a través de fondos de inversión beneficia a aquellos contribuyentes, que residan en las Comunidades Autónomas que hayan reestablecido el Impuesto del Patrimonio y que tengan unas rentas bajas en comparación con su patrimonio, ya que la legislación establece que la cuota a pagar por IRPF y Patrimonio no podrá exceder el 60% de la base imponible del impuesto sobre la renta, excluyendo de este cálculo las ganancias y pérdidas patrimoniales de más de 1 año. Así, cuanto menor sean los ingresos, menos se pagará en el impuesto que grava la riqueza.