Dónde invertir en 2014

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17/12/2013

Artículo publicado originalmente en El Norte de Castilla y La Voz de Galicia.

joaquin casasus abante asesores gestionToca en estas fechas hacer una reflexión de lo sucedido en el año e intentar, al menos, delimitar el terreno de juego del que viene. Vivimos en un mundo incierto donde las principales sorpresas serán aquellas que hoy no somos capaces ni de enunciar y donde los riesgos que más nos atemorizan, de tanto anticiparlos quizá nunca se lleguen a materializar.

El crecimiento económico mundial desde que se inició la crisis ha sido, es y seguirá siendo débil. Esa es la naturaleza de una crisis financiera, con fuertes desequilibrios globales y alto nivel de endeudamiento. Lo más novedoso del 2013 es que los países emergentes que habían notado menos la crisis y estaban liderando el poco crecimiento existente este año han empezado a sufrir, y Estados Unidos, que llevaba años en punto muerto, parece que empieza a salir de su letargo y últimamente nos está sorprendiendo con niveles de actividad y crecimiento nada desdeñables. En Europa el crecimiento sigue siendo muy débil, si bien, tras las palabras de Draghi del año pasado la crisis existencial del Euro ha pasado a un segundo plano, permitiendo a las economías periféricas frenar la espiral de deterioro y volver a financiarse a tipos razonables.

De haber alguna sorpresa en el 2014 mi apuesta es que Estados Unidos crezca más de lo previsto. El empleo se está recuperando con fuerza, el inmobiliario ha tocado suelo y los bancos tienen exceso de capital y liquidez. El entorno perfecto para que los “animal spirits” que llevan años invernando salgan por fin de las cavernas.

Con respecto a España, después de haberle dado la vuelta a la balanza por cuenta corriente, si los políticos no le ponen muchos palos en las ruedas, es posible que la economía crezca ligeramente y se vuelva a crear algo de empleo. Nada para tirar cohetes o que vayamos a notar significativamente pero sin duda un cambio a mejor.

Con una economía mejorando pero todavía muy frágil y con unos niveles de inflación muy bajos, excesivamente bajos si tenemos en cuenta que con el elevado endeudamiento algo de inflación es deseable, los bancos centrales van a seguir manteniendo los tipos muy cercanos a cero. En Europa, donde estas circunstancias son especialmente acuciantes y además se ven reforzadas por un Euro excesivamente fuerte, no es descartable que el BCE vaya más allá de simplemente mantener los tipos bajos y busque fórmulas para que la política monetaria se transmita de una forma más efectiva. De no hacerlo será porque dentro de su mandato, más restringido que de otros bancos centrales, no encuentre las herramientas necesarias. En Estados Unidos, sin embargo, el siguiente paso será, aún sin subir tipos, sí ir retirando poco a poco los estímulos extraordinarios. El reto está en conseguir hacerlo de forma ordenada y que aunque los tipos a largo plazo se vayan normalizando, lo hagan gradualmente.

Llegados a este punto, desde el punto de vista del inversor, la clave está en cómo este entorno económico puede afectar al comportamiento de los distintos activos.

Después de muchos años con una evolución extraordinaria parece que el recorrido de la renta fija está cercano a agotarse. Ya lo hemos visto este año en Estados Unidos y en el 2014 puede ser un fenómeno más generalizado. Si los tipos a largo plazo permanecen bajos la rentabilidad residual es muy escasa y en la medida que empiecen a normalizarse se pueden sufrir ciertas pérdidas. Al igual que este año, el activo más atractivo para el próximo es la renta variable. Un crecimiento débil es perfectamente compatible con una mejora de los beneficios empresariales. Los ingresos crecerán ligeramente y los gastos financieros, salariales y de materias primas seguirán contenidos. Tipos bajos, beneficios mejorando y valoraciones atractivas en muchos mercados, especialmente si las comparamos con las posibles alternativas, son ingredientes positivos para la Bolsa. Después de un año extraordinario para la renta variable americana, parece razonable que la Bolsa europea le tome el testigo. Aquí el margen de mejora de los beneficios es mayor y las valoraciones más atractivas.

Si atendemos exclusivamente al precio, los mercados emergentes son aparentemente los más baratos y a medio plazo el próximo gran movimiento a realizar tanto en renta fija, como variable. Hoy, sin embargo, es probable que todavía sea demasiado pronto y haya antes que ver, especialmente en China, su capacidad de cambiar de un modelo de crecimiento basado en el sector exterior a otro más equilibrado donde el motor sea la demanda interna.

Por último, en relación a las divisas, parece razonable que el progresivo aumento en el diferencial de tipos americanos y la mayor fortaleza de su economía sean estímulos suficientes para fortalecer al Dólar frente a un Euro cuyo nivel actual puede suponer un lastre demasiado pesado para la ya de por si débil economía europea.

Joaquín Casasús, Director General de Abante Asesores Gestión SGIIC

@abanteasesores