La demografía y el futuro de las pensiones

HomeBlogFinanzas
16/11/2016
Abante_demografía_pensiones

El futuro de las pensiones es un tema que interesa a la mayoría de los españoles. La crisis ha incrementado la preocupación: el Estado deberá pagar cada vez a un número mayor de pensionistas que, además, vivirán más años. Sin embargo, los ingresos de la Seguridad Social han disminuido como consecuencia del incremento del paro, de la emigración y de que se reduce el número de personas en edad laboral cada año por el envejecimiento poblacional.

En un siglo la esperanza de vida ha aumentado en unos cuarenta años y vemos que crece progresivamente el número de personas que supera la barrera de los 100. La esperanza de vida al nacer ha pasado de los 80,29 en 2004 hasta los 82,93 para el conjunto de la población en 2014. La de las mujeres es de 85,65 y la de los hombres de 80,12. La edad media de la población ha aumentado en más de dos años en la última década y el índice de envejecimiento ha pasado del 107,39 en 2006 al 116,41 este año, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En 2016 la proporción de personas mayores de 64 años es del 18,73% de la población. El porcentaje hace diez años era del 16,64%, como muestran los últimos datos publicados. Y según la proyección del INE, si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años y 5,6 millones en los próximos 50 (datos de finales de octubre de 2014, Proyección de la Población de España 2014-2064).

Con unos ingresos que van a decrecer y unos gastos que van a multiplicarse por la evolución demográfica, encontrar una solución para financiar las pensiones públicas se ha convertido en uno de los ejes del discurso político y en uno de los asuntos en los que los ciudadanos ponen el foco.

Disminución de las pensiones

Las previsiones de los expertos apuntan a una rebaja importante de las pensiones en el futuro. Así, los profesores Javier Díaz-Giménez (IESE Business School) y Julián Díaz-Saavedra (Universidad de Grandada) estiman que las pensiones públicas perderán un 30% de su valor hasta 2050, pasando la máxima de 2.561 euros hasta 1.797 (14 pagas) y la mínima de 634 a 445,2 euros, tal y como recogía en mayo Cinco Días. Sin ir a un plazo tan largo, en cinco años el poder adquisitivo real de las pensiones de la Seguridad Social se habrá reducido un 6,3%.

La OCDE también advierte sobre el hecho de que en 2015 los jubilados tendrán un nivel de vida inferior al actual y destaca –en un informe presentado a finales de 2015- que España será uno de los países en los que la caída de las pensiones se notará más, según publicaba ABC.

Y las previsiones de Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorros) para dentro de 34 años es que, teniendo en cuenta las reformas puestas en marcha para garantizar el sistema público de pensiones –reformas que la fundación pone en cuestión-, “en promedio las pensiones serán un 8% más bajas en 2020 y un 35% en 2050”, como reflejaba en un artículo en febrero El Mundo.

¿Nos estamos preparando para estos cambios?

Como acabamos de ver, las reformas de 2011 y de 2013, han comenzado a preparar el camino para que no quiebre el sistema de pensiones de la Seguridad Social, pero esto implica que los ciudadanos, a la vez, nos preparemos para vivir más años con unos ingresos públicos inferiores.

Otro cálculo sobre la evolución de las pensiones es el siguiente: por el factor de sotenibilidad, si dentro de dos décadas viviremos cinco años más y esos años que vivamos de más se financiarán con nuestra pensión esto implica una reducción del 17% (255 euros menos). Por otra parte y como consecuencia del factor de revalorización, si se aplica la subida mínima, del 0,25%, en veinte años la pensión perdería un 43% de poder adquisitivo. Sumando el efecto de ambos, la pensión se recortaría en un 50%, es decir, una de 1.500 pasaría a 700.

Para asegurar nuestro futuro, y dada la incertidumbre sobre las pensiones públicas, resulta aconsejable hacer un plan financiero que nos permita determinar si estamos ahorrando lo suficiente y bien para la jubilación, así como elaborar un plan de acción para garantizarnos el nivel que deseamos tener en el futuro.