Optimizar la fase de acumulación para la jubilación

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28/11/2016
Acumulacion jubilacion longevidad

La jubilación, según ponen de relieve multitud de estudios, es una de las principales preocupaciones de los españoles y, a medida que se acerca este momento, nuestro interés aumenta y dedicamos más tiempo a pensar si el dinero que tenemos será suficiente o si hay algo que todavía podamos hacer.

A partir de los 50 o 55 comenzamos una etapa en la que, en la mayoría de los casos, ya tenemos resueltas otras cuestiones financieras y una carrera profesional consolidada. Es probable que dispongamos de más capacidad de ahorro que a los 30 o los 40 y vemos más próximo el día en que dejaremos de trabajar –o prolonguemos cierta actividad, aunque con otro ritmo o condiciones, según los casos-. Puede ser también un momento vital de incertidumbre, dado el nuevo entorno económico y laboral que vivimos. Podemos estar preocupados por cómo nos afectaría una prejubilación o la pérdida del puesto de trabajo.

Ahorrar lo suficiente es importante, tal vez podamos ajustar algunos gastos o reservar el bonus anual para generar ese capital para el futuro. Pero es incluso más determinante el tipo de cartera que tengamos, cómo esté gestionada y la rentabilidad que nos proporcione, como veremos en el siguiente caso práctico. Con diez o quince años por delante, estamos a tiempo de tomar decisiones financieras que nos ayuden en el futuro.

Cambios en la cartera para la jubilación

Fernando, un profesional liberal de 55 años, llevaba un tiempo dándole vueltas a este tema y, finalmente, decidió hacer un Financial Life Planning (FLP) para determinar si iba por el buen camino o si debía realizar algún cambio para garantizar su nivel de vida en el futuro. Fernando desea mantener el nivel de vida cuando se jubile y para ello quiere disponer de una renta mensual de 4.350 euros.

Caso 2 Abante cartera jubilacion
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Para realizar la valoración económica, primero hay que hacer una estimación de los ingresos que tendrá Fernando durante la jubilación. Por un lado, Fernando cuenta con un alquiler de 500 euros al mes, aunque en el diseño del plan prefiere ser conservador, por lo que solo contará con diez mensualidades al año, para utilizar, en caso de que sea necesario, las dos restantes en la rehabilitación del inmueble, derramas o posibles impagos. Además, recibirá la pensión pública, que será de 18.000 euros netos al año.

Si quiere disponer de 4.350 euros al mes entre los 65 y los 90 años, el coste de su objetivo es de 1.442.176 euros, teniendo en cuenta el efecto de la inflación (se ha considerado que esta es del 2, excepto en la pensión de la Seguridad Social, que se ha considerado del 0,25% anual).

Para financiar este objetivo, Fernando dispone de un patrimonio financiero de 550.000 euros y es capaz de ahorrar 12.000 euros anuales en los tres próximos ejercicios y 20.000 euros anuales durante los siguientes (una vez finalice el pago de su hipoteca y de la educación de su hijo). Dado que no tiene intención de vender las viviendas que tiene en propiedad, no se tiene en cuenta para el plan el valor de las mismas, de 800.000 euros en total.

La ayuda de los mercados financieros

Caso 2 Ab graf 1
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El patrimonio que Fernando tiene disponible para su objetivo no cubre el total que necesita, por ello, deberá buscar rentabilizar su dinero en los mercados financieros. Para cubrir el déficit de 697.665 euros, la rentabilidad que necesita Fernando depende del patrimonio que quiera mantener al final del periodo para cubrir imprevistos o por si vive más de 90 años.

Así, para terminar el periodo con 250.000 euros, como se ve en el gráfico, debe aspirar a un 4,06% (IPC+2,06%), pero si desea tener un ‘colchón’ de 500.000 euros, tendrá que buscar una rentabilidad del 4,74% (IPC+2,74%).

Caso 2 Ab graf 2

¿Y si obtiene un punto más de rentabilidad?

Fernando considera que, teniendo en cuenta que le quedan diez años para jubilarse y que durante ese periodo no va a necesitar disponer de rentas, puede asumir algo más de riesgo hasta la jubilación.

Plantea un escenario en el que durante los años que aún va a seguir en activo asumirá más riesgo para obtener mayor rentabilidad, con un objetivo de inflación+3% (es decir, el 5%), para poder permitirse menos rendimiento por su dinero tras la jubilación.

Como se ve en el gráfico, si durante la próxima década obtiene un 5% (IPC+3%), podrá, efectivamente, buscar rentabilidades inferiores después sin poner en riesgo su objetivo de mantener el nivel de vida.

Caso 2 Ab graf 3

En el caso de que Fernando mantenga la rentabilidad de inflación + 3% a lo largo de todo el periodo, acabará con un patrimonio final en euros actuales de 614.397 euros.

Caso 2 Ab graf 4