'Shale oil' y la caída del petróleo: ¿qué está pasando?

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26/01/2015

El precio del petróleo ha marcado el final de 2014 y seguirá siendo una de las cuestiones que influirá en la evolución de la economía y las inversiones en 2015. El efecto de este desplome será positivo para economías como la española, importadora de este producto, y se beneficiarán desde las administraciones públicas hasta los particulares, pasando por las empresas.

En muchas de las noticias que han salido en el último trimestre hablando de las razones de la bajada del crudo se habla del impacto del shale oil. ¿Esto qué significa?

El shale oil es petróleo de esquistos bituminosos, un petróleo no convencional. El shale o roca de esquisto es menos permeable y el gas y el petróleo que alberga bajo ella no se puede extraer con los métodos tradicionales. Por eso, la extracción se hace utilizando diversas técnicas, entre ellas la de fractura hidráulica, el fracking, que consiste en hacer una perforación vertical hasta la capa que se quiere fracturar. Cuando se llega a esta capa, se utilizan explosivos para provocar grietas en las que se inyecta – a muy alta presión- agua mezclada con arena y aditivos químicos para romperla.

Esto ha supuesto –en los últimos años- una revolución a nivel mundial, pero, sobre todo, en Estados Unidos, que gracias a este cambio terminará convirtiéndose en el mayor productor mundial de petróleo, según la Agencia Internacional de la Energía. Otros países con importantes yacimientos de esquisto son Canadá, Brasil, Argentina, Francia, Alemania, Polonia, Australia y China.

Este boom del petróleo no convencional ha provocado que Estados Unidos importe menos crudo de los países productores de la OPEP y también ha hecho que las bajadas de producción que hacía la OPEP (con Arabia Saudí al frente) para mantener altos los precios se hayan vuelto menos eficientes, puesto que parte de la oferta del crudo la ha ido cubriendo el shale oil.

El pulso de Arabia Saudí

Sin embargo, obtener este petróleo es más costoso que extraer el petróleo convencional y, además, los pozos de petróleo de esquisto se agotan más rápidamente (en unos tres años), por lo que para mantener la producción es necesario abrir nuevos pozos, cosa que no sucede con el crudo tradicional, ya que los pozos tienen una vida media de más de dos décadas.

Y ahí cobra importancia la estrategia puesta en marcha por Arabia Saudí. Pese a que la demanda mundial de petróleo se ha mantenido en un ritmo de crecimiento razonable (0,7% en 2014), la entrada del shale oil en escena ha provocado un exceso de oferta en el mercado. La estrategia del principal productor de la OPEP de no recortar el número de barriles que extrae ha hecho que los precios hayan caído de forma notable.

El coste de extracción del crudo en Arabia Saudí es muy inferior al del shale oil de Estados Unidos. Es un pulso. Analistas y expertos advierten de que por debajo de un determinado precio, las compañías que extraen el petróleo de esquisto se verán en problemas, porque no es rentable sacarlo y porque se han endeudado para construir las infraestructuras necesarias para extraerlo.

Tal y como publicaba recientemente The Economist, la consultora Wood Mackenzie, estima que el precio de equilibrio –por debajo del cual la producción de shale oil dejaría pérdidas- es de 65-70 dólares.

El petróleo se paga ahora por debajo de los 50 dólares, tanto en el caso del Brent, de referencia en Europa, como en el del West Texas Intermediate (WTI), de Estados Unidos. En junio, el barril de Brent cotizaba por encima de los 110 dólares.

La teoría es que a estos precios las inversiones se paralizarán, la producción (oferta) se frenará y los precios subirán hasta alcanzar un punto de equilibrio. La cuestión es cuánto más puede seguir bajando el precio del crudo y cuándo se producirá dicho ajuste entre precio y oferta. Y los expertos en esta materia no han conseguido arrojar luz sobre estas cuestiones.