¿Hacia dónde va el mercado de petróleo?

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Desde hace un par de años, conocer en qué rango se moverá la cotización del petróleo se ha vuelto la pregunta del millón. Las principales entidades financieras y casas de análisis que se dedican a hacer previsiones sobre el mercado de materias primas revisan cada poco tiempo sus estimaciones al calor de nuevos movimientos que alteran el precio del oro negro, un activo muy ligado a eventos externos y cuestiones geopolíticas.

Desde el año 2014, tanto el barril de Brent, el de referencia en Europa, como el barril tipo West Texas, el de referencia en Estados Unidos, han vivido un tiovivo bursátil, moviéndose su cotización desde los máximos de 115 dólares del verano de 2014, hasta los mínimos de 27 dólares de enero de 2016, situándose actualmente en la horquilla de los 65 y 75 dólares por barril.

El inicio de la espiral bajista y el cambio de rumbo

Estos movimientos tienen su origen, en parte, en la cumbre que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), celebró en junio de hace cuatro años y en la que Arabia Saudí, que era el mayor productor del mundo, se negó a reducir su ritmo de bombeo. El objetivo era lastrar la industria del fracking en Estados Unidos, que se encontraba en pleno boom, para que el auge del petróleo de esquisto no le quitara su posición de primera potencia exportadora de crudo.

El resultado de la posición de Riad fue una sobreoferta en el mercado, que hizo que los precios se vinieran abajo y que, a largo plazo, ha terminado cambiando las reglas del juego, convirtiendo a Estados Unidos en el mayor productor de petróleo. Las nuevas técnicas de perforación que el país norteamericano ha llevado a cabo le han hecho pisar el acelerador y aumentar su ritmo de producción, acercándose a los 14 millones de barriles diarios y marcando así, desde comienzos de 2018, máximos de hace más de cuatro décadas.

De esta forma, los países que conforman la OPEP, que conjuntamente tienen una cuota de producción del 40%, han ido perdiendo posiciones. Así, Arabia Saudí ha pasado de ser el mayor productor del mundo, a disputarse el segundo y el tercer puesto con Rusia, a razón de casi 12 millones de barriles diarios, mientras que el país que preside Vladimir Putin, supera los 11. Por otro lado, aquí conviene recordar que, aunque estas son las tres potencias que más exportan, el país que posee las mayores reservas de petróleo del mundo es Venezuela, aunque su grave crisis financiera le impide bombear crudo al ritmo que podría.

A la crisis petrolera de Venezuela, y al pulso que mantienen los principales productores por seguir a la cabeza en exportaciones, hay que sumarle las tensiones que viven otros países de Oriente Medio, con la gran enemistad entre Irán e Israel, y los diferentes conflictos que viven los países africanos.

Las cifras y el coste de producir

En este escenario, los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) sobre la oferta y la demanda se han mirado con lupa, al igual que los movimientos de los miembros de la OPEP y del resto de países productores de petróleo. Todo un juego de palabras y de cruces de intenciones entre las grandes potencias, con Irán en el punto de mira, que, tras el levantamiento de las sanciones internacionales hace más de dos años quiso recuperar la cuota de mercado que había perdido -ahora hay que ver cómo le afectan las nuevas sanciones de la administración de Donald Trump-.

Las últimas cifras de la AIE hablan de un estancamiento de la demanda mundial de petróleo, hasta una cifra de 1,4 millones de barriles diarios, lo que supone un recorte de unos 40.000 barriles por día. Una revisión a la baja que desde la agencia explican por la dificultad para producir de países como Venezuela o México y por la incertidumbre sobre las nuevas sanciones que pesarán sobre Irán.

Por su parte, Carlos Jarillo, managing partner del grupo de inversión SIA, considera que la demanda de materias primas es tremendamente constante, mientras que la oferta es muy cíclica. En cuanto a la espiral bajista que experimentó el oro negro desde sus máximos de 100 dólares, Jarillo destaca que “el fracking ha sido el gran responsable de la caída del petróleo”.

Al poner sobre la mesa las cifras que afectan a la cotización del crudo, hay que hablar también de su coste real, puesto que el precio del petróleo es lo que cuesta la extracción del barril, que ahora, según los expertos, se acerca a los 50 dólares, mientras que cotiza entre 70 y 75.

Cuestión de poder: la acción de la OPEP

En noviembre de 2016, y con la cotización del oro negro moviéndose en una zona de mínimos, los países miembros de la OPEP y otros ajenos al cártel como Rusia, firmaron un acuerdo histórico para reducir el ritmo de bombeo y equilibrar así el mercado, subiendo el precio del crudo, un acuerdo que ha hecho que su precio se haya incrementado un 40% en el último año.

En concreto, lo que se pactó en esa reunión fue un recorte de 1,8 millones de barriles diarios hasta finales de 2018, y ahora lo que se va a debatir en la siguiente reunión, prevista para este viernes en Viena, es si se continúa con estos recortes o si se pone fin al acuerdo. Y aquí, las diferencias de opiniones de las diferentes potencias están ya sobre la mesa: Arabia Saudí y Rusia quieren comenzar a incrementar ya la producción, ya que ambos pueden países pueden asumir ese aumento y así exportarían más que sus rivales y ganarían cuota de mercado, mientras que otros países como Irán, Irak o Venezuela, se niegan a esta subida.