Invertir con éxito sin el coste emocional

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22/07/2019

Invertir no es solo cuestión de números, ni de rentabilidades. Cuando ponemos nuestro dinero a trabajar, muchas veces, sin darnos cuenta, nos dejamos llevar por otros factores que no tienen nada que ver con los mercados y que hacen que perdamos dinero: son nuestras emociones.

Tras vivir un mal 2018 en los mercados financieros de todo el mundo, parece que el miedo se ha instalado entre los inversores. A pesar de que los números rojos son cosa del año pasado y de que hemos firmado uno de los mejores arranques de ejercicio en bolsa de los últimos 30 años, el inversor está saliendo del mercado y apostando por los productos más conservadores.

Así, mientras los depósitos han vuelto a marcar máximos en los hogares españoles, con casi 820.000 millones de euros, los fondos de inversión acumulan reembolsos netos por valor de 387 millones de euros en lo que llevamos de año. Según datos de Inverco, son los fondos de renta variable las que mayores reembolsos netos acumulan, mientras que las categorías de renta fija son las que más suscripciones reciben.

¿Por qué nos salimos del mercado y apostamos por productos que apenas nos dan rentabilidad?

Todos, en mayor o menor medida, arrastramos ciertas costumbres y experiencias que nos hacen acordarnos de tiempos pasados -como la crisis financiera-, lo que nos lleva a tomar malas decisiones de inversión, como apostar por productos que apenas nos dan rentabilidad o salirnos del mercado.

El componente emocional se palpa cuando invertirnos. Por lo general, nuestras emociones nos llevan a querer salirnos del mercado cuanto antes cuando hay caídas por miedo a perder más dinero. Además, solemos infravalorar las subidas y sobrevalorar las pérdidas, es decir, nos duele mucho más perder dinero que lo que nos alegra ganarlo. Todo ello hace que no nos comportemos de forma racional y queramos vender sin pararnos a pensar si es lo más adecuado.

Como inversores, tenemos que entender que las caídas de los mercados son una oportunidad para comprar a un mejor precio y que la volatilidad es algo normal de cualquier ciclo de inversión. El mundo no se para, por lo que el mercado tampoco. Siempre van a pasar cosas que van a mover a los índices, tanto hacia arriba como hacia abajo, y lo que tenemos que tener siempre en mente es nuestro plazo de inversión.

La importancia de ser consecuentes con nuestro horizonte temporal de inversión

Cuando queremos invertir para un largo periodo de tiempo no podemos intentar hacer market timing ni jugar con los precios diarios porque eso, por lo general, no nos va a salir bien siempre. La realidad es que quien saliera en diciembre esperando a entrar a un mejor precio aún sigue esperando. Quién entre ahora, inevitablemente, lo va a hacer un precio más caro.

Si echamos un poco la vista atrás y analizamos lo que ha pasado en los últimos meses, vemos que salirnos del mercado cuando hay caídas, en lugar de mantener la calma y seguir invertidos siguiendo nuestro horizonte temporal, nos sale más caro.

Como se ve en el gráfico, que refleja la evolución del MSCI World, en los últimos meses de 2018 se aceleraron las caídas, llegando a mínimos el 25 de diciembre, para, después, marcar máximos el 29 de abril. En ese periodo, mientras los inversores se salían del mercado, el índice se revalorizaba casi un 24%. Así, los inversores que se dejaron llevar por sus emociones y vendieron con el mercado en mínimos han ganado casi un 17% menos que los que mantuvieron la calma y permanecieron invertidos hasta el 31 de mayo.

Por todo ello, antes de acudir a los mercados financieros, es muy importante que hagamos un ejercicio de planificación financiera que tenga como punto de partida nuestra situación actual y que mire hacia nuestros futuros objetivos. Fijar para qué queremos el dinero y cuándo lo vamos a necesitar resulta fundamental para saber qué rentabilidad le tenemos que pedir a los mercados y qué producto de inversión es el que más nos conviene.

Realizar este ejercicio y contar con un asesor financiero nos va a ayudar a tener un plan a largo plazo y a cumplirlo, a expensas de lo que pase en el mercado. Así, si tenemos un gran horizonte temporal por delante podemos permitirnos asumir más riesgo con nuestras inversiones e ir ajustando nuestro nivel de riesgo a medida que se vaya acercando el plazo final de nuestra inversión o nuestras circunstancias personales cambien.

¿Quieres comprobar si tu fondo de inversión te está dando la rentabilidad que necesitas para cumplir tus objetivos?