Visión de Mercados · Julio 2012

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06/07/2012

 

Un repaso al primer semestre

Como comenta en su última carta a inversores un reconocido gestor inglés, llegamos al cierre de semestre como los jugadores italianos al descanso de la final de la Eurocopa, exhaustos. Estamos a mitad de camino de 2012 pero parece como si hubiéramos recorrido un camino mucho más largo.

Continuando con el símil futbolístico, lo peor es que parece que este partido ya lo hemos jugado muchas veces. Problemas de Grecia, problemas en bancos, incertidumbre con los bonos de gobierno. Innumerables reuniones de los líderes europeos y mundiales.

Con todo, la evolución de la bolsa mundial en el semestre ha sido muy positiva –gracias al fuerte arranque de año-, con una revalorización próxima al 6,9% en el índice MSCI World y, a pesar de las dudas, las elecciones griegas –dos en poco más de un mes-, el rescate de la banca española, etc, el segundo trimestre se saldaba con una exigua caída del 1% en este índice global.

La disparidad de rentabilidad entre los distintos activos sigue siendo muy alta, propia de unos mercados muy dirigidos por factores macroeconómicos y políticos. El Ibex-35 era de los más perjudicados, con un retroceso del 17,1% en estos seis meses, destacando entre los grandes mercados bursátiles el americano con una revalorización próxima al 10% en euros.

A nivel sectorial la mejor evolución correspondía a industrias típicamente cíclicas. Tecnología y consumo cíclico conseguían rentabilidades positivas superiores al 12%. Los sectores más castigados, también cíclicos, eran energía y materias primas, con retrocesos del 3,3% y 0,6% respectivamente.

La gran mayoría de activos ha obtenido rentabilidades interesantes en el período. El crédito, los mercados emergentes, la mayoría de los bonos de gobierno. Han destacado negativamente las materias primas, con una fuerte corrección del precio del petróleo, y los activos –bonos y acciones– de las naciones periféricas europeas.


Previsiones y recomendaciones Julio 2012

“Muchos quieren ganar todas las vueltas del circuito, pero para tener éxito en las inversiones lo importante es llegar a la meta.”
Seth Klarman

El Consejo Europeo del 29 de junio superaba las bajas expectativas, alimentadas por los alemanes, de los mercados. A las cinco de la mañana los líderes europeos cerraban una serie de acuerdos que, en principio, van en la línea adecuada de más Europa. Permitir a los fondos de rescate la recapitalización directa de los bancos, previa creación de un supervisor bancario paneuropeo, y la compra de bonos del Tesoro de los Estados con problemas de financiación.

Por tanto, buenas noticias, aunque no sabemos del todo bien la condicionalidad –la letra pequeña del contrato– que van a exigirnos antes de entregarnos el dinero para los bancos o para comprar nuestros bonos. Sin hablar de las fuertes críticas que está recibiendo en los países del norte. Al menos se ha evitado el riesgo a corto plazo de ruptura del euro que, en mayor o menor medida, estaban cotizando los mercados.

El problema de todos estos procesos en los que la confianza de los distintos agentes económicos -consumidores, empresas…– se ve dañada es el empeoramiento de los fundamentos económicos que se empieza a apreciar en la publicación de los datos macroeconómicos. Europa está entrando en recesión y los americanos y los chinos están claramente desacelerando su ritmo de crecimiento.

Estamos experimentando un fuerte rebote en los mercados durante las últimas semanas. En parte por la reunión de líderes europeos del día 29, pero en parte también por la actuación que –ante la debilidad de las variables macro– están acometiendo o se espera pongan en práctica los bancos centrales, esos muy mejor amigos de los mercados, que diría Forrest Gump. Sin olvidar los bajos niveles de exposición a renta variable que han mantenido los inversores ante las incertidumbres de las elecciones griegas y la cumbre europea, y que han tenido que ir incrementando conforme subían los mercados.

En general, las empresas están aguantando bien de momento, aunque empiezan a aparecer los primeros “profit warnings” de grandes empresas globales como Danone Procter & Gamble. Las estimaciones de beneficios para los próximos trimestres están cayendo, pero de forma muy leve.

En cuanto a las valoraciones de los mercados de renta variable no hay cambios significativos, siguen siendo bastante razonables. No resulta tan claro en Estados Unidos, donde están más ajustadas, pero sí en el resto de áreas geográficas, sobre todo en Europa y algunos mercados emergentes.

Uno de los efectos colaterales del volátil trimestre es la fuerte corrección de muchas materias primas, la más importante el petróleo. Los consumidores y las empresas se beneficiarán –mayor renta disponible y menores costes– durante los próximos meses.

En definitiva, creemos que la rentabilidad que podemos esperar de muchos activos es bastante atractiva. Sin embargo, esto es así porque la incertidumbre sobre temas muy importantes para los mercados es alta: crisis del euro, grado de desaceleración económica en China y techo de gasto –“fiscal cliff”– a fin de año en Estados Unidos.

Hemos comentado antes lo agotador que está resultando todo este proceso. Una de las claves para el futuro –también lo ha sido en el pasado reciente– será mantenerse lo más “fresco” posible para poder llegar a la meta, no arrojar la toalla en el peor momento ni dejarse llevar por expectativas demasiado optimistas. Es decir, aprovechar los momentos de sobrerreacción de los mercados. No hay que ganar todas las vueltas o, como le gusta decir a Warren Buffett, no hay que batear todas las bolas.

Mantenemos sin cambios nuestra recomendación por tipo de activos. Pequeña infraponderación en renta variable (-5%), infraponderación de renta fija (-10%) y sobreponderación de activos monetarios (+15%).