EN EL CONFIDENCIAL

Los unos contra el todo

El Confidencial Santiago Satrústegui

Santiago Satrústegui, presidente de Abante, escribe en El Confidencial sobre lo que está sucediendo en estos primeros días de 2021, con el foco puesto en Estados Unidos, al tiempo que reflexiona sobre lo que hemos vivido durante el año que acabamos de despedir.

“En el año 2020 se han producido eventos que han tensionado hasta límites desconocidos los modelos políticos, económicos y de convivencia de las sociedades más exitosas del planeta. Pero, de momento, como dijo Groucho Marx, parece que los titulares sobre la definitiva defunción de lo que habíamos definido como ‘democracias occidentales’ están resultando excesivos”, escribe.

En este sentido, Satrústegui señala que la crisis del modelo de las sociedades abiertas, que hacen convivir democracia y libertades, se viene poniendo de manifiesto desde principios del siglo XXI, aunque parece claro que los desajustes del sistema que han llevado a esta crisis existían desde mucho tiempo antes: “Probablemente, estas contradicciones sean estructurales y, como saben muy bien los populistas, también imposibles de resolver de una manera definitiva. Pero, precisamente, el éxito de lo que hemos vivido en las últimas décadas radica en haber sido capaces de hacer convivir, sin enfrentarlas ni radicalizarlas, a las ideas de libertad y de igualdad“.

El presidente de Abante explica que, desde la crisis financiera del año 2008, ha sido el enemigo interno quien más daño ha hecho al propio sistema y, como dice, “sin nadie que lo defienda y sin la amenaza de un modelo alternativo que suponga una opción realista, la contienda política ha hecho que, en muchos de los principales países, las posiciones políticas se hayan radicalizado hasta extremos ridículos, como forma de movilizar y atraer por la vía de la emoción y de la exaltación de su individualidad a los descontentos de uno y otro extremo”.

Con la vista puesta ya en los últimos acontecimientos que se han producido al otro lado del Atlántico, Satrústegui comenta que, si bien la pandemia llegó a ponernos en el límite a principios de 2020, la gran cuestión a resolver desde la sorpresa en las elecciones americanas de 2016 ha sido, sin que a día de hoy esté resuelta del todo, “si la democracia estadounidense, ‘proxy’ de todas las demás y la más influyente en el mundo, y, sobre todo, sus instituciones iban a ser capaces de superar el paso por su presidencia de un populista como ha sido Donald Trump“.

Así, recuerda que estamos a punto de que se consume dentro de unos pocos días la transición pacífica del poder del perdedor saliente al ganador entrante, que es la esencia fundamental de la limitación del poder que el sistema requiere, y señala que “ha sido necesario soportar las imágenes de la invasión del Capitolio por una horda de individualidades enloquecidas para que los políticos hayan empezado a renegar de la radicalización que ellos mismos habían producido. Y, poco a poco, el presidente saliente ha ido quedándose más solo, hasta el punto de haber verbalizado ya la aceptación, no de su derrota, sino de la transición ordenada del poder”.

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