El pasado desde el presente, con Inés Cobo

¿Cómo influyen dos siglos de arte en la historia? ¿Y en el propio arte? El próximo 2019, el Museo del Prado celebra su bicentenario. Dos siglos de vida, arte y obras que han influido de forma continua en la mirada y en la pintura de los artistas, que no han dejado de leer el pasado desde el presente.

“En el arte hay una de diálogo constante entre los artistas, en ese afán que tienen por ser inmortales”, manifestó Gadea de la Viuda, socia y directora general de Abante, en la presentación del evento El pasado desde el presente. Visiones del Museo del Prado, que se celebró recientemente en el auditorio de Abante en Madrid y que contó con Inés Cobo, coordinadora de actividades culturales de la Fundación Amigos del Museo del Prado, de la que Abante es amigo.

La conferencia fue una retrospectiva de papel que ha ejercido, y sigue ejerciendo, el Museo del Prado en el arte y en la obra de artistas de todas las generaciones, una mirada a la inspiración: desde Velázquez, Manet, Goya, El Greco hasta Picasso. “El arte del presente está inspirado en el Prado. El Prado no es una cosa del pasado, sigue siendo algo vivo, permanente en el tiempo. Podríamos hablar de que el tiempo, en ese sentido, en el arte, no existe en términos cronológicos” explicó Cobo a los asistentes al evento.

 

La influencia de Manet: desde Velázquez a El Greco

El Prado es un museo que es único por la contundencia de su obra, por las relaciones de los artistas y por su continua influencia. El Prado está lleno de historias, cuentos, narraciones y anécdotas”, comentó Cobo. Y una de esas anécdotas comienza con Las meninas de Velázquez, con la figura de la infanta Margarita, un cuadro que nos lleva a París, a la Galería de Luis Felipe, cuando se encuentran Degas y Manet delante de ese cuadro y se quedan fascinados con la obra de Velázquez.

INÉS COBO EL PASADO DESDE EL PRESENTE

 

Manet va a ser el artífice del arte moderno, pero es un pintor que se basó siempre en los artistas clásicos”, explicó Cobo. Y es esa fascinación, precisamente, la que le hace viajar a España, al Prado, para saber más de la obra de Velázquez. “Esa admiración se va a palpar en la producción posterior de Manet. El artista francés dirá de Velázquez que es el pintor de pintores”, relató la experta.

Manet no solo se fijó en la manera de pintar o en la espontaneidad con la que Velázquez trataba el lienzo, se fascinó por la composición en sí y entendió Las meninas como “un momento congelado en el tiempo”. El Bar del Folies-Bergère, una de las obras más conocidas de Manet, será un homenaje a Las meninas de Velázquez, y mostrará el giro que da el arte y cómo el artista se dirige al espectador porque es una obra que quiere representar la vida como es, bajo la idea del espejo.

En la apertura del arte hacia la contemporaneidad y hacia la modernidad, Manet también se inspiró en Goya. “La manera en la que Goya entendía e interpretaba temas como la batalla era ya una idea moderna, romántica. La guerra, como la representa Goya, va a ser un cuerpo a cuerpo, una nueva forma de ver la vida y el mundo desde un punto de vista más subjetivo, que antes no se había dado”, reveló Cobo.

En este camino en el que se está cambiando la forma de representar los temas, otro artista en el que Manet se fija es El Greco, que va a ser uno de los pintores que más ha influido dentro del arte contemporáneo.

El arte siempre tiene esos caminos abiertos. El Greco no había triunfado en su día por ser un artista extravagante, con un mundo tan especial y tan suyo. A partir del final del XIX, va a ser descubierto por los artistas. Va a influir mucho a lo largo del siglo XX, primero en las primeras vanguardias, por su subjetividad, por saber mostrar un mundo particular y personal”, contó Cobo.

 

Los nuevos artistas: Cai Guo-Qiang

La mirada del presente hacia el pasado sigue viva en los artistas jóvenes“, expresó Inés Cobo, al hablar de las últimas generaciones de artistas y de la trascendencia del Museo del Prado en la configuración del arte moderno.

 Cai Guo-Qiang, MUSEO DEL PRADO

 

En este punto, habló del artista chino, Cai Guo-Qiang, que ha creado una obra in situ e inédita para su exposición en el Prado (se puede ver hasta el próximo mes de marzo). Esta pintura, que es un homenaje al museo, plantea un continuo diálogo con los artistas del pasado, con influencias de Tiziano, El Greco, Velázquez, Rubens y Goya, “es la secuencia de la relación entre todos los maestros”, concluyó Cobo, al tiempo que recordó que el Museo del Prado es un museo que está “abierto al arte, a los artistas y al público”.