¿Cómo elijo mi plan de pensiones?

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La elección del plan de pensiones es, como hemos dicho en los artículos, una decisión importante que debe hacerse tras haber dedicado tiempo a pensar cuáles son nuestras necesidades y circunstancias y a analizar cuáles son las opciones a nuestro alcance, puesto que el dinero que acumulemos durante nuestra vida laboral servirá para asegurarnos el nivel de vida durante las dos o tres décadas que pasaremos jubilados.

Repasemos algunos de los aspectos que debemos tener en cuenta cuando nos planteemos qué plan de pensiones contratar.

Objetivo de inversión

Lo primero que cualquier ahorrador o inversor debe tener en cuenta es el objetivo para el cuál ahorra o invierte, pues este determinará el horizonte temporal, la rentabilidad a la que debe aspirar y, por tanto, la distribución de activos (asset allocation) y el producto a elegir o la composición de su cartera.

Horizonte temporal y perfil de riesgo

La edad determina el horizonte temporal de la inversión, lo que, junto con el perfil de riesgo del inversor, determinará la conveniencia de un plan u otro. Tenemos que conocer en qué invierte nuestro plan para tener claro si el vehículo se ajusta a nuestras necesidades.

Rentabilidad y consistencia: buscar la mejor gestión

Es importante valorar la rentabilidad, así como la consistencia de la misma. Aunque sabemos que rentabilidades pasadas no garantizan ganancias futuras, nos sirven de referencia para conocer cómo se gestiona el plan de pensiones que hayamos elegido. Recuerda que existen planes bien gestionados que ofrecen buenas rentabilidades.

Distribución de activos

Dado que el ahorro para la jubilación es a largo plazo y no especulativo, lo aconsejable es –siempre teniendo en cuenta que cada caso es particular y que hay que diversificar- invertir en renta variable, dado que con el escenario de tipos actual y el que se prevé a medio plazo, con la renta fija la rentabilidad que vamos a obtener apenas batirá a la inflación y puede provocar que el dinero pierda valor.

En cualquier caso, si optamos por la renta fija, conviene que conozcamos la duración de la misma para entender el efecto que tienen los tipos de interés sobre la misma. Este aspecto lo desarrollaremos con más profundidad en otro artículo.

Diversificación

Este concepto es clave en cualquier tipo de inversión, no solo en la que se realiza en planes de pensiones, pero conviene no olvidarla cuando elijamos los productos para canalizar nuestro ahorro para la jubilación. La mayoría de españoles, cuando se plantea la planificación de la jubilación, se limita a escoger un único plan de pensiones. Pero para preparar correctamente nuestra jubilación nos conviene diversificar más nuestra inversión.

¿Cómo? Por un lado, si solo queremos un producto para simplificar los trámites y comisiones, podemos optar por un plan de pensiones de fondos, vehículos que no invierten directamente en activos, sino que lo hacen a través de fondos de inversión (como los fondos de fondos), lo que supone una diversificación mucho mayor. Por otro, también podemos pensar en las carteras de planes de pensiones, para combinar los productos de forma estratégica para obtener el resultado que más se ajusta a nuestros objetivos.

No elegir el plan por el ‘regalo’

Por tanto, en la elección del plan no debemos dejarnos llevar por el regalo puntual que nos ofrezca la entidad al contratarlo. Este puede salirnos caro si el plan no está bien gestionado y no nos da la rentabilidad necesaria. Un rendimiento razonable a largo plazo, por el efecto del interés compuesto, supone una gran diferencia en la cantidad final de dinero acumulado.

Comisiones

Los planes de pensiones, como sucede en otros productos de inversión, tienen comisiones de depósito y de gestión (se aplican de forma anual sobre el capital acumulado en el plan). La ley establece unos porcentajes máximos para cada una: del 0,25% la primera y del 1,5% la segunda, aunque el gobierno ya ha anunciado una rebaja, para dejarlas en el 0,20% y el 1,25%.

Es importante conocerlas, pero también lo es tener en cuenta qué es lo que recibimos a cambio de la misma, si su pago nos aporta valor. En algunos casos, la comisión puede ser reducida, pero el producto no dar una rentabilidad apropiada, mientras que, a lo mejor, un producto con una comisión mayor nos proporciona una rentabilidad neta superior.

Y, dado que los valores liquidativos de los fondos y planes son netos de comisiones, la comparativa de rentabilidad para distintos plazos de planes homogéneos nos ayudará a elegir el que más se ajusta a nuestras necesidades.

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