¿Por qué es importante contratar un seguro de dependencia?

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26/09/2023

Las personas somos seres emocionales y, por norma general, no solemos pensar en el día de mañana. Queremos soluciones más inmediatas e incluso, si pensamos en el largo plazo, como en la educación de los hijos, en su futuro o en cómo será nuestra jubilación, omitimos el tener en cuenta posibles accidentes o enfermedades. Aunque, ¿sabríamos qué hacer si el día de mañana ocurriese algo como, por ejemplo, una dependencia? ¿Qué pasaría con los planes y objetivos vitales y financieros que teníamos?

La dependencia es un estado que, por razones de edad, enfermedad o discapacidad, hace que perdamos autonomía, ya sea física, mental o sensorial, necesitando ayudas para cubrir las actividades diarias.

Actualmente, en España, hay más de 1,4 millones de personas dependientes, una cifra que se incrementa año tras año, según las estadísticas del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, y que representa ya más del 3% del conjunto de la población española. Es más, 200.000 de esos 1,4 millones de personas no reciben ninguna ayuda, y según el Observatorio para la Dependencia, el tiempo medio para la tramitación de un expediente para recibir las ayudas puede llegar hasta los 421 días. Estas, por tener en mente los importes de los que estamos hablando, oscilan entre una media mensual de entre 236 y 333 euros.

¿Podríamos mantener nuestro nivel de vida si sufriésemos una dependencia? ¿Cuál sería el coste económico que tendría? Con lo que tenemos, ¿nos podríamos garantizar los mejores cuidados? Responder a estas preguntas es esencial, sobre todo, para estar preparados por si pasase algo.

A las personas nos cuesta pensar en condicional y más si añadimos a la ecuación el largo plazo. Por eso, anticiparnos a una posible dependencia es clave. ¿Cómo? Trazando un plan de previsión que proteja nuestro plan patrimonial y financiero en el cual analicemos nuestra situación y las formas en las que poder cuidar todo aquello que nos importa. Como explica Jaime Aguilar, socio de Asesoramiento patrimonial en Abante, es importante cuantificar cuáles son nuestras necesidades en caso de aumento de gastos o reducción de ingresos y saber qué tenemos que contratar para cubrirnos de imprevistos.

El caso de Ana

Ana y Juan tienen 50 años y 53 años, respectivamente, y conocen lo que es ser dependiente ya que el padre de Ana sufre un grado moderado. A ella le preocupa desarrollarlo y quiere conocer cuánto le podría afectar económicamente si esto le sucediese.

Lo primero sería barajar y poner encima de la mesa cuáles son sus objetivos y metas y qué quiere conseguir o preservar. Una vez tenga eso definido, podrán pintar los números y evaluar qué vehículos de inversión o de previsión son los más adecuados para ella.

Tienen dos opciones. En primer lugar, generar un ahorro para afrontar esta situación. La segunda opción sería contratar un seguro que le proporcionase una renta mensual si se llegase a producir la dependencia. Este último dependería de sus ingresos, de su edad actual y de la renta contratada.

¿Y si no se desarrollase finalmente una dependencia? Ana podría contratar el seguro con rescate en fallecimiento, recibiendo sus herederos, en este caso, un 50% de las primas aportadas tras su fallecimiento.