Belén Alarcón: “El tiempo es nuestro mayor aliado en la planificación financiera de la jubilación”

HomeBlogJubilación
19/12/2017

Si estamos pensando en ahorrar para la etapa de la jubilación, lo primero que debemos saber es que el tiempo es un factor fundamental que siempre va a jugar a nuestro favor. Tal y como explicó Belén Alarcón, directora de planificación patrimonial de Abante, durante el encuentro digital que realizó con El Confidencial, empezar a ahorrar cuanto antes siempre nos va a beneficiar por dos motivos: “Por un lado, incrementa significativamente el efecto del interés compuesto, que Albert Einstein definía como la mayor fuerza del mundo y por otro, disminuye la necesidad de ahorro anual”.

Esto se traduce en que, cuanto antes empecemos a ahorrar, menor será el esfuerzo anual de ahorro que tendremos que hacer. Algo que, como recordó Alarcón, va de la mano con la rentabilidad objetivo que busquemos y, en consecuencia, con el riesgo que queramos asumir.

Así, por ejemplo, una persona que quiera contar con una renta de 2.000 euros al mes para su jubilación, si empieza su ejercicio de planificación financiera con 25 años, necesitará ahorrar anualmente 19.000 euros si su objetivo de rentabilidad es del 2%, mientras que, si busca una rentabilidad del 6%, su esfuerzo de ahorro disminuirá a 4.300 euros al año. Por el contrario, si esa persona comienza a ahorrar con 55 años, necesitará 66.000 euros al año si su objetivo de rentabilidad es del 2% y 29.500 euros si busca una rentabilidad del 6% con sus inversiones.

Jubilaciones más largas

Además del tiempo, la longevidad es otro aspecto fundamental que no podemos pasar por alto cuando planificamos el ahorro para nuestra jubilación. “La esperanza de vida aumenta en 5 horas cada día, vivir hasta los 100 años no va a ser ciencia ficción. Vamos a tener jubilaciones más largas y con mayor calidad de vida y, en cambio, vamos a contar con menos recursos -las pensiones públicas se van a reducir entre un 30 y un 50%-, por lo que jubilarse a los 65 años en muchas ocasiones no va a ser posible”, explicó Alarcón.

“Planificar la jubilación e invertir para poder mantener en el futuro nuestro nivel de vida debe ir más allá de la simple elección de un producto. Es una decisión financiera de gran importancia, puesto que lo que consigamos acumular deberá servirnos para mantener nuestro nivel de vida durante varias décadas”, respondió Alarcón a una de las preguntas de los lectores. En este punto, explicó que, si llegado el momento de la jubilación, con la cuantía que hemos ahorrado y la pensión pública no nos llega para cumplir con los objetivos que nos habíamos marcado, tenemos dos opciones: asumir más riesgo con nuestras inversiones y retrasar la edad de jubilación.

¿Cómo elegimos el mejor producto?

Alarcón hizo una radiografía de cómo está repartido el dinero en la industria de planes de pensiones y explicó que, según los datos de Inverco, los 10 planes de pensiones más rentables solo concentran el 4% del ahorro, mientras que los 10 más populares acumulan el 70% y la diferencia entre unos y otros es, por ejemplo, en renta variable del 5% anual medio, aproximadamente.

Sobre si es mejor la gestión pasiva o la activa, Alarcón señaló que “lo realmente importante es construir la cartera más adecuada para cada inversor en concreto. Y, para ello, es necesario tomar determinadas decisiones que, necesariamente implican gestión activa: es el caso de la distribución de activos más adecuada para obtener la rentabilidad que necesitamos, por ejemplo”.

Fiscalidad en la jubilación

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de decidirnos por un determinado vehículo de inversión u otro, es su fiscalidad. Así, debemos tener en cuenta que los planes de pensiones y los PPA (Planes de Previsión Asegurados) tienen ventajas fiscales en la aportación -nos podemos deducir la menor de la siguientes cantidades: 8.000 euros o el 30% de los rendimientos netos del trabajo-, mientras que el rescate tributará en el IRPF en la base general como rendimientos del trabajo.

En cambio, hay otros productos como los PIAS (Planes de Ahorro Sistemático) y el PA5 (Plan de Ahorro 5), en los que la rentabilidad que se obtenga hasta el momento del rescate está exenta de tributación, siempre que se cumplan unas determinados requisitos, que ya explicamos más detalladamente en este otro post sobre fiscalidad en el ahorro para la jubilación.

Por otro lado, Alarcón también respondió a cuestiones concretas sobre fiscalidad. Así, explicó que los planes de pensiones siempre tributan como renta del trabajo, incluso cuando se reciben por fallecimiento. Es decir, no se incluyen en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y el momento de tributar será aquel en el que el beneficiario del plan decida rescatarlo.