Vivir en salud: lo que elegimos hoy determina nuestro futuro

Vivir en salud evento Abante 750

El aumento de la esperanza de vida puede provocar la aparición de enfermedades y discapacidad. Así, cada vez nos interesamos más por la esperanza de vida libre de enfermedad o discapacidad, con buena salud. La buena noticia es que los expertos aseguran que gran parte de estas enfermedades se pueden prevenir. Está en nuestra mano vivir mejor, “vivir en salud”: es el mensaje que dieron los doctores Oriol Franch y Mercedes Cuesta en el evento celebrado en Abante, en el que analizaron los factores que intervienen en la prevención de enfermedades como el alzehimer o el ictus .

Para contextualizar, cabe destacar la importancia que está cobrando la idea de “vivir en salud”. Tal y como analizaba un artículo de Harvard Health Publications, “nuestro concepto del envejecimiento ha cambiado. En lugar de preocuparnos sobre cuánto podremos vivir – esperanza de vida (life span)-, ahora entendemos que cuánto tiempo podemos vivir una vida sana puede ser más importante, es el concepto de health span (literalmente, periodo de tiempo de salud).

Y el Instituto Nacional de Estadística (INE) destaca que “uno de los posibles efectos del envejecimiento de la población es el aumento de las personas con discapacidad, ya que la edad es un factor determinante en la aparición de este fenómeno”. Es un proceso gradual: primero lo hacen las enfermedades crónicas y después, las limitaciones para realizar actividades (discapacidad). Por último, las discapacidades más severas.

Esperanza de vida, salud y discapacidad

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(Fuente: INE)

La tasa de población con discapacidad se incrementa con fuerza a partir de los 80 años, Entre los 75 y los 79, hay 262,8 hombres con discapacidad por cada mil y 343,3 mujeres. De los 80 a los 84 la tasa es de 336,2 por mil en los hombres y de 484,5 en las mujeres. A partir de los 85, en ambos sexos, más de la mitad de las personas sufren discapacidad y a partir de los 90 la padecen más del 66% de los hombres y del 78% de las mujeres, según el INE.

Revisando las estadísticas, se observa que las mujeres sufren enfermedades crónicas antes que los hombres y perciben peor su salud general. Las mujeres tienen una mayor esperanza de vida sin discapacidad, pero también viven con discapacidades más años, debido a viven más que los hombres.

Respecto al llamado health span, partiendo de que la esperanza de vida (al nacer) de los hombres es de 77,8 años y la de las mujeres, de 84,1, la esperanza de vida en buena salud es de 57,3 años y 53,4 años, respectivamente. Y la esperanza de vida libre de discapacidad es de 71,3 años en los hombres y de 73,8 en las mujeres.

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#EventoAbante: ¿podemos hacer algo para “vivir en salud”?

La respuesta de los médicos es “sí”. Y tiene que ver con el estilo de vida que cada uno elija. Y se pueden retrasar, evitar o mitigar los problemas y enfermedades cardiovasculares, neurológicos… Prevenir las enfermedades mentales que provocarían, en muchos casos, incapacitación es posible. En Abante hicimos un encuentro con el doctor Oriol Franch, jefe de la Unidad de Neurología del Hospital Ruber Internacional, y con la doctora Mercedes Cuesta, directora médica de este centro, sobre este tema.

El dr. Franch destacó durante su presentación que “poder tener mejor el cerebro en el futuro depende, en gran parte, de nosotros y ahora sabemos cómo hacerlo. La genética juega un factor clave, pero existen otros factores de riesgo”. En su opinión, “en las sociedades desarrolladas, uno de los principales problemas que nos vamos a encontrar es el de cuidar la salud del cerebro”.

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El doctor Oriol Franch en el auditorio de Abante.

El médico explicó a los asistentes que de los factores de riesgo conocidos en enfermedades como el alzheimer o el ictus, muchos se pueden evitar, como por ejemplo la hipertensión arterial o la diabetes mellitus, entre otros. En el caso del alzheimer, “más de la mitad de los casos son atribuibles a factores de riesgo modificables y el 25-30% de los casos pueden ser prevenidos con el control de dichos factores”, explicó. Y en el de la enfermedad cerebrovascular, “el 90% de los ictus pueden ser explicados por factores modificables y el 50-80% de los ictus pueden ser prevenidos controlándolos”.

Proyecto vital y estilo de vida

vivir en salud hábitosEl doctor Franch explicó a los asistentes al evento de Abante que existen ciertos hábitos que pueden influir sobre el aumento o disminución de la probabilidad de desarrollar estas enfermedades: actividad intelectual (aprendizaje, razonamiento, atención…), dieta, ejercicio físico, sueño, tabaco (evitarlo), alcohol (una cantidad moderada al día podría resultar positiva, superarla, perjudicial), proyecto de vida (objetivos significativos, actitud positiva y coherente, seguridad económica, reajuste tras la jubilación…) y relaciones sociales.

Durante el diálogo que mantuvieron Cuesta, Franch y Satrústegui abordaron la cuestión de por qué si sabemos qué es bueno para la salud, no siempre adoptamos dichos hábitos y cómo podemos modificar nuestro estilo de vida para evitar, en la medida de lo posible, problemas en la vejez.

La dra. Cuesta señaló que hay dos retos fundamentales para conseguir una longevidad con calidad de vida: educar a los niños desde que nacen en hábitos de vida saludables (en especial entre los 3 y los 6 años) y evitar los problemas del tipo de vida que estamos haciendo.

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